Instituto de Formacion Docente Nº129

Provincia de Buenos Aires Dirección General de Cultura y Educación
Dirección de Educación Superior
Distrito Junín

domingo, 9 de agosto de 2009

¿Por qué el cine en el aula?

¿Por qué el cine en el aula?
Luciano Celis
ISFD 129

Constatación
El cine es un elemento de comunicación imprescindible hoy en día. Las nuevas generaciones configuran parte de su personalidad, socializan y se abren al mundo a través de los medios masivos de comunicación (TV, Internet, Cine). Por lo tanto, la cultura de la imagen es parte integrante de la sociedad actual y debería formar parte permanente del diseño curricular y de las prácticas asiduas de profesores y alumnos.
Dificultades
Pero por qué en la escuela de hoy se le da tan poca importancia. Subyacen varias dificultades:
En primer lugar, pesan más en la configuración del sistema educativo los intereses y las rutinas de los profesionales de la educación, que los jóvenes y sus intereses educativos.
En segundo lugar, se requiere capacitación profesional para entender dicho lenguaje. Es decir, para orientar qué mirar y cómo mirar se requiere un conocimiento de los aspectos formales y los códigos en que se apoya la narrativa audiovisual (imágenes, signos escritos, sonido, música, efectos especiales, etc.). Si se plantea mirar un film por mirar, o se sesga disciplinariamente su mirada, puede ocurrir que no se logre apreciar una obra artística como tal, que se escapen elementos simbólicos altamente significativos o, que en la socialización del film, no se logre gran interacción.
En tercer lugar, subyace cierto prejuicio entorno al lenguaje audiovisual. Con frecuencia su omnipresencia en nuestra actual civilización se ve como algo negativo por parte de quienes consideran que la palabra, en lugar de la imagen, es el camino que ha de facilitar el pensamiento y la reflexión. Es cierto que gran parte del cine es una industria, un negocio y un mero entretenimiento que no renuncia a recurrir a lo más vulgar y hasta degradante. Pero también hay films – hay otro cine - que son excelentes instrumentos de divulgación de conocimientos y aprendizajes, con funciones formadoras y educadoras. Educar la mirada – superar la mirada pasiva y gregaria - es contraponerse a la una industria cultural que opera ideológicamente.
¿Por qué el cine?Porque se nos ofrece como una de las llamadas constantes hacia esa formación integradora de la persona desde su más tierna infancia.Porque a través de él, como ocurre con el arte, las personas reciben un impulso para ver su existencia más allá de lo conocido y establecido, para confiar en que la vida, como el arte, puede ser una labor de creación y libertad más que un destino, para acercarse a todo lo humano e incluso vivirlo a través de los personajes: la risa y la tristeza, la compasión y la crueldad, el gozo y el sufrimiento, la virtud y el vicio, el valor y el miedo, el heroísmo y la cobardía, la nobleza y la ruindad, la inteligencia y la estupidez, el éxito y el fracaso, en definitiva, toda el ansia que llevamos dentro las personas de superar cualquier límite y de aspirar, al menos, a conocer todo lo humano.Porque nos sumerge y adiestra en la emoción, el sentimiento, la sensibilidad, pero también en la percepción, la inteligencia, el juicio crítico para percibir el mensaje en toda su extensión.Porque es una herramienta pedagógica formidable en la formación moral y cívica de los adolescentes.Porque transmite muchísimos contenidos (historia, literatura, arte, geografía, psicología, educación, valores…) sin permitir que decaiga el interés o la atención.
¿Por dónde empezar?
En primer lugar, será imprescindible una formación competente de los educadores para que se sienten protagonistas, hilos conductores, dinamizadores, de esta tarea formativa con la juventud.
En segundo lugar, para aproximarse a un film, entenderlo e interpretarlo es necesario conocer sus aspectos formales y los códigos en que se apoya la narrativa audiovisual (imágenes, signos escritos, sonido, música, efectos especiales, etc.).Ello implica la preparación para la lectura audiovisual. Al igual que sucede con el lenguaje escrito, se establece una vinculación entre el receptor-espectador, el emisor y el texto-mensaje audiovisual. Pero así como hay que aprender a leer, así también hay que aprender a ver cine. “Y si leer no es deletrear, ver cine no es mirar a la pantalla durante una proyección”.Se hace necesaria una educación en los lenguajes de los medios de comunicación que proporcione estrategias que nos permitan interpretar los mensajes de forma crítica y no pasiva. De este modo se puede reflexionar, comprender y emitir los juicios de valor, sobre los resultados estéticos y narrativos, a través de estos recursos tecnológicos.
En tercer lugar, generar las condiciones de infraestructura básicas para que la imagen y el sonido impacten de manera directa e intensa sobre el estado de ánimo del espectador. Aprender a descodificar ese impacto, descubrir su alcance, supone cumplir un reto, un objetivo educativo primordial.
Por último, trabajar en equipos profesionales para generar proyectos interdisciplinares, es decir, la transversalidad como eje. Son muchos los ámbitos que permiten aprovechar el valor educativo del cine: la educación en valores, la educación artística, la comunicación humana, la historia. Una nueva mirada sobre la educación artística debe plantearse el concepto de la educación lineal plenamente moderna en favor de una educación en red, rizomática, según el término acuñado por Deleuze.
Palabras finales
La comunidad educativa no puede desaprovechar el gran potencial que ofrece el cine y debe percatarse de la necesidad de intervenir pedagógicamente para convertirlo en una oportunidad real de enseñanza y aprendizaje. El cine enseña a nuestra juventud actual distintos modos de mirar y percibir la realidad que acaban trasladando sobre sus paisajes y rostros cotidianos, descubriendo en ellos nuevos significados. Además, las emociones que se pueden sentir al identificarse con los hechos de la película y los pensamientos que se van anticipando al hilo narrativo funcionan prácticamente como continuos aprendizajes por ensayo y error de la afectividad y el conocimiento, que la ficción permite realizar sin correr el riesgo que la realidad impondría.En resumen, se trata de encontrar en el cine una vía de conocimiento que supere la mera reproducción del escenario cultural mediante una constante reconstrucción creativa y crítica del mismo.
Bibliografía utilizada
- Molina Sánchez, Rubén & Mazuecos Sánchez, Belén, El cine y la enseñanza, artículo publicado en el dossier de Luces en el laberinto audiovisual, Congreso Iberoamericano de comunicación y educación.
- Pereira Domínguez, Carmen y Urpí Guercia, Carmen, Cine y juventud: una propuesta educativa integral, en Revista Juventud 68, marzo de 2005.
- Pereira Domínguez, Carmen, El cine nuevo escenario de la educación, En Otros lenguajes en educación, Universidad de Barcelona, Barcelona, 2003

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